Serie 08: Desde la pura medida a la emoción, 1992-1993

Serie 08: Desde la pura medida a la emoción, 1992-1993

Exposición en Anselmo Álvarez, de Madrid, con el siguiente contenido:

Desde la pura medida, a la emoción

I. Mondrian, principio y fin.

A lo largo de toda la historia del arte, muchas y variadas han sido las actitudes hacia él; diferentes también las utilizaciones de la pintura, concretamente.

Aún así, dos quizá, han sido las orientaciones más enriquecedoras para el género humano y, seguramente también, las más necesarias, si creemos pertenecer a un mundo en constante movimiento y evolución.

A.- La que expresa dicho mundo.

B.- La que se ocupa de aprenderlo, para mejorarlo. Y, aún siendo consciente de que, en los artistas comprometidos con el arte, ambas actitudes terminan englobándose por pura conexión, no me parece que esté de sobra el captar y el refl exionar sobre la diferencia entre las dos, puesto que, considero a los fi nes y a los medios de importancia regia, si de arte estamos hablando.

Mondrian, dijo: “La visión –más objetiva posible– es la principal ambición de todo arte plástico. Si la visión objetiva fuera posible, nos daría una verdadera imagen de la realidad”.

Giotto, desde su ofi cio y profesión de pintor, magnifi có su lucha cotidiana, al igual que Cezánne, para conocer ellos y dejárnoslas a nosotros, parcelas de conocimiento que enriquecen nuestra percepción sensible.

Velazquez y Rafael, desde su posición de superdotados, nos dejaron en su obra auténticos mensajes de realidades que, por ser precisamente subjetivas contienen más esencialidad.

Las artes plásticas del siglo XX, tomado en su conjunto, nos ofrecen un inmenso arsenal de investigación sobre el ser más individualizado. Los estilos son medios: se convierten en herramientas de conocimiento interior, utilizadas consicentemente para ello. La angustia que produce la percepción de tanto cambio, incluso se confunde con sentimientos de muerte de la pintura; cuando lo que realmente sucede es que, como en toda revolución, se llega a tener un mayor conocimiento consciente de su poder reconstructor.

Situando a Mondrian en este contexto, su intuición le lleva a la eliminación de todo lo que no sea imprescindible a la pura plástica; por ejemplo: el tema, que puede distraer a la investigación y conocimiento de los puros elementos plásticos, (punto, línea, plano, color).

De igual modo, renuncia a la expresión, en una actitud de generosa responsabilidad y, para una directa relación entre el medio y los fi nes: la pintura y el conocimiento del mundo.

El arte y la ciencia se unen.

A lo largo del siglo, espléndidas han sido las aportaciones de los pintores en este sentido; pero quizá, o, al menos para mí lo es, sea Mondrian el pintor más límite entre los conceptos de contemporaneidad y futuro.

Sus renuncias al tema y a la expresión, su respeto y aceptación de los límites del soporte y de los elementos plásticos puros, le convierten en maestro ejemplar de todos aquellos pintores interesados en hacer un uso de la pintura, directamente relacionado con el movimiento del mundo; con la vida en él.

II. La lente cuántica y el concepto de división

Mirado también de forma global, el dolor humano es tan excesivo, que, quien más quien menos, nos vemos obligados, individual o colectivamente, a realizar múltiples divisiones, para no sentirlo.

Desde la fi losofía más actual: Emmanuel Levinas, Georges Balandier, etc., se está intentando comprender y explicar tanto rechazo al “otro”. La diferencia, a veces, la pequeñísima diferencia, nos resulta insoportable, por lo que: “es más económico separar”.

Plásticamente hablando, y, si queremos ser objetivos con la situación que nos ha tocado vivir, desde una revolución por la igualdad de derechos de todo ser humano, y, admitiendo las diferencias que pudiera haber entre todos nosotros; pero, sin hacérselo pagar al siguiente, en la escala de valores establecidos (división) nos vemos obligados a la adquisición de una potencialidad mayor, conquistada a través del conocimiento y asimilación de:

– Concepto de Vacío. Conocido ya, como huída de la realidad.

– Concepto de Tensión. Producidas por represiones de la energía plástica.

– Concepto de División. Las múltiples “divisiones” que somos capaces de realizar, para no sentir el dolor.

Bernard D’Espagnat, en su libro: En busca de lo real –La visión de un físico– trata igualmente el tema, a través del concepto de la “no-separatividad”. En la música contemporánea, desmenuzan el tiempo; en el ballet actual, uno de los coreógrafos más prestigiosos del momento, William Forsythe, actualiza en el escenario, a través de los cuerpos de los bailarines,un minucioso y pormenorizado movimiento de toda la materia corpórea. El conocimiento de cada milímetro del cuerpo y su funcionamiento, es la base del baile. Ni los gestos, las expresiones, forma o tamaño de los bailarines, es elemental.

Sus carácterísticas individuales no cuentan. El conocimiento de todas las posibilidades del cuerpo capacitan para saber utilizarlo, en una perfecta y distinta relación espacio-temporal.

De igual modo, desde la plástica hemos de saber medir minuciosamente cada punto en el plano, su dirección ha de ser la exacta y su ocupación la correcta.

La construcción del plano y su relación con el plano-soporte, así como las múltiples modifi caciones que les afectan, creadores de signifi cados.

Las dimensiones del color que, juntamente con la medida de los planos seleccionados, unifi can y armonizan la composición.

El conocimiento y medida utilización de los elementos plásticos puros, tienen como fi n, construir una imagen que produzca una emoción y ésta a su vez un conocimiento o experiencia sensible.

En danza, Antonio Canales, construye ritmos y símbolos, capaces de producir múltiples emociones; utiliza la técnica para relacionarse con el público y, produce el vínculo emotivo.

Desde el compromiso de la pintura de ahora, estamos igualmente en ello.

Inés Medina. Octubre 93